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Una radiografía exhaustiva de la Diabetes Mellitus de tipo 1 en Asturias

Raúl Rodríguez Escobedo, endocrinólogo del HUCA e investigador en el grupo de Endocrinología, nutrición, diabetes y obesidad del ISPA defendió el pasado viernes su Tesis en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo.

Nuestro organismo es una máquina asombrosamente perfecta. Todo funciona y encaja como en una fábrica de producción en cadena, donde cada miembro tiene unas tareas asignadas, un tiempo para realizarlas y un lugar en el que estar. Debido a esta sincronía, un simple error es suficiente para sembrar el caos: esto es lo que sucede con la Diabetes Mellitus de tipo 1 (DM1), una enfermedad autoinmune y crónica que puede aparecer a cualquier edad.

Todo ocurre cuando las células del sistema inmune atacan a las células beta, unas operarias de nuestra fábrica-organismo que se encuentran en el páncreas y cuyo trabajo es producir de manera eficiente insulina. La insulina es una hormona necesaria para movilizar el azúcar (glucosa) de la sangre hacia el interior de otras células. Esta glucosa es una fuente de energía básica en nuestro cuerpo: sin ella, la cadena de montaje se para, y el organismo empieza a fallar.

En concreto, la DM1 supone el 10 % de todos los casos de diabetes mellitus. Se trata de una enfermedad con una repercusión muy importante en nuestro sistema de salud, de ahí la importancia de saber identificar qué pacientes padecen este tipo de diabetes y diagnosticarlos antes de que se produzcan daños irreversibles.

Para su tesis doctoral, el investigador Raúl Rodríguez Escobedo estudió los perfiles de todas las personas diagnosticadas con Diabetes Mellitus de tipo 1 en Asturias desde 2011 hasta 2020. Además, el endocrinólogo analizó la incidencia de esta enfermedad en la comunidad, así como la utilidad de los métodos que actualmente se emplean para diagnosticar la diabetes de tipo 1 o el estado en que debuta la enfermedad, siendo un caso grave el de la cetoacidosis diabética, que incluso puede poner en riesgo la vida del paciente.

Algunas claves del estudio

Según el trabajo del grupo, entre 2011 y 2022 fueron diagnosticadas en Asturias 815 personas con este tipo de diabetes, cuya edad media corresponde a unos 34,4 años. De cada 81 personas que aproximadamente se diagnostican cada año, 22 resultaron ser menores de 15 años. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, estos datos sitúan a Asturias como una región con una alta incidencia de esta enfermedad teniendo en cuenta su población general.

Diagnósticos innecesarios

Cuando existe una sospecha de DM1, la primera prueba que suele realizarse el paciente es un estudio de autoinmunidad pancreática: esta prueba consiste en el análisis y recuento de anticuerpos que atacan a las células beta del páncreas encargadas de producir insulina. El estudio incorpora tres anticuerpos diferentes, pero no todos resultaron ser igual de eficientes, tal y como constató en su estudio el actual doctor Rodríguez Escobedo: casi la totalidad de los pacientes diagnosticados (94 %) presentaban autoinmunidad pancreática, siendo el anti ácido glutámico decarboxilasa (anti-GAD) el anticuerpo más frecuente al encontrarse presente en 3 de cada 4 pacientes.

En su análisis, Escobedo constató que otro de los anticuerpos incluidos en el estudio, anti-ZnT8, tan solo está presente como único elemento de autoinmunidad en un 5 % de los pacientes. Esto lleva a los investigadores a poner en duda la utilidad de este procedimiento de manera rutinaria, ya que la gran mayoría de los pacientes podría haber sido diagnosticada sin la necesidad de medir la presencia de este anticuerpo.

Para lograr un diagnóstico más eficiente y con un menor gasto sanitario, los investigadores del ISPA proponen realizar esta prueba de manera escalonada, recurriendo a la medición de anti-ZnT8 solo en los casos en que la presencia de anti-GAD y anti-IA-2, mucho más frecuentes, no se de en el paciente.

Identificar a tiempo,
la tarea pendiente de la sociedad

Los síntomas clásicos cuando la DM1 debuta en nuestro organismo pueden resumirse de manera muy simple: aumenta nuestra ingesta, tenemos exceso de orina y de sed y experimentamos la pérdida de peso. Si pese a ello no somos diagnosticados ni tratados, el déficit de insulina puede conducir al desarrollo de la cetoacidosis diabética (CAD), una complicación cuya prevalencia ha aumentado al diagnosticar esta diabetes en edades pediátricas según alertan diversos estudios internacionales.

En su estudio, los investigadores del grupo de Endocrinología observaron que el 38,63% de los menores de 19 años debutaron en CAD, alcanzando a uno de cada dos pacientes menores de 5 años.

Según los investigadores, la aparición de esta complicación de la diabetes está íntimamente relacionada con el retraso en el diagnóstico, es decir, el tiempo que trascurre desde que apreciamos los primeros síntomas hasta que finalmente sabemos que padecemos la enfermedad. Una de las causas de este retraso diagnóstico es el desconocimiento de la sintomatología de la DM1 entre la población general, para lo cual los científicos recomiendan instaurar medidas que permitan el reconocimiento precoz de la enfermedad, las cuales deberán ir dirigidas especialmente familias con niños, profesores y profesionales sanitarios.

DM1 o DM2… ¿Quién lo sabe?

Para su Tesis, Escobedo también ha analizado la proporción de pacientes con DM1 que son diagnosticados de manera errónea con diabetes mellitus de tipo 2, algo relativamente frecuente debido a la complejidad del diagnóstico en edades adultas. Los investigadores hallaron que casi la mitad de los pacientes con una edad, superior a 30 los años (45,23 %) habían sido diagnosticados inicialmente con DM2. El tiempo transcurrido desde el diagnóstico erróneo hasta el final alcanza de media los 8 años. Por ello, los investigadores recomiendan mantener un alto nivel de sospecha de DM1 en pacientes adultos, realizando un estudio de autoinmunidad pancreática para confirmar la existencia de la enfermedad y ajustar así el tratamiento del paciente.

El tiempo transcurrido
desde el diagnóstico
erróneo hasta el correcto
alcanza la media de 8 años

Referencias

  1. Escobedo, R. R., Avellaned, L. M., Álvarez, E. D., & Torre, E. M. (2023). Autoinmunidad pancreática en el diagnóstico de la diabetes mellitus tipo 1: utilidad del anticuerpo anti transportador 8 del zinc y propuesta de valoración escalonada. Endocrinología, Diabetes y Nutrición, 70(4), 286-288.
  2. Escobedo, R. R., Álvarez, E. Y., & Torre, E. M. (2023). Incidencia de la diabetes mellitus tipo 1 en Asturias entre 2011 y 2020. Endocrinología, Diabetes y Nutrición, 70(3), 189-195.
  3. Rodríguez Escobedo, R., Lambert, C., Morales Sánchez, P. et al. Reclassification of type 2 diabetes to type 1 diabetes in Asturias (Spain) between 2011 and 2020. Diabetol Metab Syndr 15, 90 (2023).